sábado, 1 de septiembre de 2012

Entre puntos suspensivos

Se giró para observarla una vez más. Era preciosa...
Sus ojos se maravillaron ante la magnificencia de aquella obra, conservada a pesar del devenir del tiempo. Era extraño. Aún no se había ido y ya la echaba de menos. El calor abrasador, las tormentas de verano, las nevadas que formaban un paisaje espectacular...
Y a él mas que a nadie. Guardián de pensamientos y secretos, confesiones y amoríos, bajo sus pies, paseaba orgulloso el Duero. 


Eran demasiados recuerdos para llenar esos minutos, demasiadas personas para recordar en poco tiempo, demasiados sentimientos como para manejarlos sin consecuencias...



Entonces, sintió una oleada de felicidad, seguido por un escalofrío de tristeza, y un llanto de soledad. Y lo único de lo que se arrepintió en aquel momento, fue de decir adiós a lo que quería, pero aún mas, de no despedirse de las cosas que le importaban.




(Hasta dentro de poco, espero...)


3 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

El final no tiene mucha coherencia porque primero dices que te despides y luego que no. Desde mi punto de vista creo que no este del todo bien redactado lo que querias decir y te has expresado mal.
Siento haberme metido jaja pero también decirte que, pese a eso, me gusta bastante tu blog. ;-)

Lucifer dijo...

No lo sientas Andrea, una crítica siempre es bien recibida. :)
Es un contrasentido con el que quería decir que a pesar de que la marcha era obligada, ansiaba quedarme y hacer un montón de cosas que luego quedan en el tintero...
De todos modos todavía soy un poco novato en esto de escribir, aunque celebro que te guste